lunes, 29 de abril de 2013

Con el calor, salen las hormigas.

En verano tengo que andar con cuidado y mantener el interior de los muebles de la cocina limpios. Sobre todo los que contienen comida,ya que las hormigas lo van inspeccionando todo, y en el menor rastro de olores a lo que ellas puedan creer que es alimenticio...Allí las tengo, y lo curioso de todo es que les gusta lo azucarado y lo procesado, tipo embutidos. Cada vez que dejo por la noche algún plástico de los que recubren el fiambre, al día siguiente tengo a un ejercito de ellas. 
Lo cierto es que a las verduras crudas no les hacen ni caso.Como en todo cuento, también aquí hay una moraleja... Las hormigas al igual que a los virus, les encantan cierto tipo de sustancias, y la única forma de librarse de ambos es mantener cierta higiene.
En mi cocina tengo que mantener limpio el interior de los muebles y procurar no dejar restos de  "comestibles ". Y dentro de mi cuerpo debo procurar alimentarme de la manera más natural posible, para así no temer a la enfermedad.
Estamos irremediablemente expuestos a los virus y demás agentes patógenos, pero si mantenemos nuestro interior medianamente limpio,no tendrán un  entorno favorable en el que desarrollarse y se marcharán en busca de otro acogedor hogar. 
Para la salud total,no existe otra formula que mantener limpio nuestro interior. Todo lo demás son parches.      

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